domingo, 3 de abril de 2011

LA TERCERA VÍA


La inviabilidad entre contradicciones inherentes al capitalismo.



 Por Nael Ramírez Domínguez.

(Humilde colaboración que puede auxiliar en tareas o desarrollo personal)

En nuestra actualidad, caótica en su aspecto económico, político y social son comprensibles todas las interrogantes que se hacen los ciudadanos, así como los intelectuales sobre las formas, acciones y políticas necesarias que tengan como finalidad la supresión o disminución de los problemas económicos, así como múltiples problemas sociales derivados de éste.

A lo largo de la historia ha habido teorías, posturas o filosofías que buscan mantener un status quo o cambiarlo, según sea el interés de grupo o clase que beneficie o perjudique  determinado status quo.

Hoy día, así como a lo largo de los últimos dos siglos, dos posturas teórico-ideológicas se han enfrentado irreconciliablemente entre mantener un modo de producción y superarlo, estas dos teorías ideológicas han sido el liberalismo (defendiendo al capitalismo) y el marxismo (propugnando por el socialismo), estas dos teorías de sistema económico han surgido, la primera por la clase de la burguesía contra el feudalismo, y la segunda por parte de la clase obrera contra el capitalismo.

Pero para conocer la propuesta de cada uno de esas teorías es menester acercase a ellas, aunque sea someramente.



1.- Sistemas Antagónicos.

1.1-            El capitalismo.

El capitalismo es un régimen social en el que los instrumentos y medios de producción pertenecen a un reducido número de hombres, mientras que la masa de la población se ve obligada a vender su fuerza de trabajo al señor capitalista, ante tal relación de producción, es necesario la existencia de un Estado, que garantice los privilegios de los económicamente más poderosos, que por tal condición, pasan a ser políticamente más poderosos.[1]

El Estado como instrumento de dominación en manos de la clase económicamente más poderosa, garantiza las condiciones para la reproducción de tal sistema conocido como capitalismo, garantiza la propiedad privada, el libre comercio, etc. Para “legitimar” al Estado capitalista se crean concepciones clasistas como el liberalismo, el cual propugnaba por una libertad económica frente al absolutismo feudal, así posteriormente por una libertad social y política, es decir, propugna por la “igualdad” jurídica entre las personas, esto con el claro fin de que los antes siervos, ahora tengan la libertad de buscar con quien vender su fuerza de trabajo.

El liberalismo adopta muchas teorías en su historia, todo para legitimar el Estado capitalista y lo que éste vela, primero llega el iusnaturalismo con Hobbes, Locke, Kant, etc., para decirnos que el derecho a la propiedad privada, así como a la libertad de producir y hacer lo que el individuo desea es por naturaleza humana, después el utilitarismo de Jeremy Bentham y John Stuart Mill manifestándonos que la propiedad privada, como el libre mercado no es para beneficio de solo el individuo aislado, sino por utilidad social. En general el liberalismo  erige al modo de producción capitalista, intentando legitimarlo ante la clase no propietaria de los medios de producción.

Pero la esencia real del capitalismo es que no puede haber una igualdad en su seno social, debido a que no puede ser igual un poseedor de capital (medio de producción) y un trabajador que sólo vende su fuerza de trabajo al primero. El capitalismo por su naturaleza de producción no puede satisfacer las necesidades de toda la población que alberga un determinado Estado-Nación.

En nuestra actualidad, en la etapa imperialista como fase superior del capitalismo como lo denominara Lenin, las condiciones de desigualdad económica se agudizan, la ley inherente al régimen de la propiedad privada que hace más de siglo y medio descubriera teóricamente Karl Marx y lo denominara como ley de la concentración y centralización de la riqueza se hace cada vez más visible, y así mismo se hace cada vez más visible la socialización del trabajo, fenómenos necesarios para que los trabajadores tomen y socialicen los medios de producción por medio del Estado que responda a sus intereses y lo cual construyan por medio de una revolución.





2.-  El socialismo.


El socialismo, es un régimen social en el que los instrumentos y medios de producción se encuentran en mano de los trabajadores por medio del Estado, al tener los trabajadores la propiedad colectiva de los medios de producción no puede haber desigualdad entre ellos, debido a que es abolida la propiedad privada causa génesis de ésta.[2]

El socialismo es propugnado por el marxismo, teoría científica que en base a la filosofía del  materialismo dialéctico busca la superación del modo de  producción capitalista por la socialista, por las contradicciones irreconciliables de intereses de clases de la primera.

El primer intento de construcción del socialismo se da en 1917 con la revolución de octubre en Rusia, en la cual por primera vez el pueblo organizado y liderado por la clase obrera toma el poder para abolir la propiedad privada. La revolución de octubre triunfa y se construye el Estado socialista que después pasara junto con otras naciones vecinas a formar la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), donde se da una nueva estructura relacional de poder político para conservar en Estado Socialista.

El socialismo es característico por su monopolio de la política en un solo partido político, el partido de los trabajadores, el cual no busca el poder por parte de una facción, sino que busca la discusión y el debate interno para la viabilidad del régimen dentro de un determinado país, es este caso el de la URSS.

Por lo anterior, en la prensa internacional antes de la guerra fría, así como durante el proceso de ésta, el socialismo fue desacreditado con la ayuda de los Estados capitalistas que buscaban borrar de la faz de la tierra todo intento de Estado obrero, con esto se difundía la “dictadura” del partido comunista, los “asesinatos”, los “campos de exterminio de los disidentes”, así como “la vida espiada a cada instante”, todo esto para dar una mala imagen a la Unión Soviética desde el exterior y para aniquilar toda simpatía solidaria hacia dicho proceso de construcción del socialismo.

Ahora, en la actualidad muchas veces al hablar de la Unión Soviética lo primero que se nos viene a la mente es “dictadura” en su acepción negativa, y esto hace que muchas personas vean al proyecto socialista como cruel, infame e irrealizable, y hay personas pesimistas que hasta llegan a decir que es solo una utopía. En síntesis la percepción de las personas enajenadas por los medios masivos de comunicación al servicio de los grandes capitales es que el socialismo es negativo, este rechazo hacia tal proyecto también vino a exacerbarse con la caída del Bloque Soviético.




2.- La tercera vía.


2.1- La Socialdemocracia.

La socialdemocracia es un proyecto político económico que en  los principios del siglo XX, y especialmente durante la guerra fría buscaba la reconciliación entre los intereses del capital, así como del trabajo, es decir, de los capitalistas y de la clase trabajadora, retomando “lo mejor” de los dos sistemas antagónicos que se construían, la “democracia” del capitalismo y la justicia social del socialismo, en palabras de Anthony Giddens “la socialdemocracia a la antigua veía al capitalismo de libre mercado como causante de muchas de las secuelas de las problemáticas que Marx diagnosticó, pero creía que éstas podían ser mitigadas o superadas a través de la intervención del Estado en la economía”[3], así la socialdemocracia antigua, como la denomina Giddens, es una que busca hacer menos dura las condiciones de la masas populares bajo el régimen capitalista, es la búsqueda por suavizar las agudizaciones de contradicciones de intereses de clase, naturales en el capitalismo, “la socialdemocracia se había propuesto demostrar que era posible la construcción de un capitalismo con rostro humano”.[4]

La socialdemocracia lo que buscaba era hacer justo lo que por naturaleza era injusto, es decir tratar de igualar las condiciones de vida de clases antagónicas dentro del proceso de producción.
Tal proyecto era y es irrealizable en cuanto se dispone  a hacer justo el sistema capitalista, el sistema capitalista por su ley de concentración y centralización de la riqueza en pocas manos en su etapa superior -como ya lo hemos mencionado arriba- no puede dar cabida a una distribución cuasiequitativa de la renta nacional, ni se puede dar justicia progresiva a los que producen la riqueza nacional en contra de los intereses del capital, es ilógico dentro de la estructura capitalista, y menos en naciones subdesarrolladas como lo es México.

Esto en cuanto a la socialdemocracia a “la antigua”, ahora en cuanto a la socialdemocracia que propone Giddens, es una “tercera vía, que se refiere a un marco de pensamiento y política práctica que busca adaptar la socialdemocracia a un mundo que ha cambiado esencialmente a lo largo de los dos o tres últimas décadas. Es una tercera vía en cuanto que es un intento por trascender tanto la socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo[5], es decir, lo que Giddens propone y llama “tercera vía” no es más que una socialdemocracia que ya no busca lo mejor de los dos sistemas de modo de producción (capitalismo y socialismo) sino que ésta socialdemocracia “nueva” solamente busca dejar a un lado las viejas tesis de que el Estado intervenga en la economía de mercado de un sistema capitalista, es decir la tesis keynesiana, y ahora busca solamente paliar los excesos que provoca el neoliberalismo, es decir, “la tercera vía limita sus aspiraciones  a hacer más llevadero todo el proceso neoliberal para ciertos sectores de la población, pero no pretende detenerlo ni revertirlo[6]” es decir, buscar el modelo keynesiano.

La tercera vía o socialdemocracia renovada, no es más que la tradición socialdemócrata adaptada a los designios del capital en la actual etapa neoliberal, donde ya no se busca la intromisión del Estado en la economía para subsanar sus deficiencias, sino solamente la intromisión de éste en las áreas en las que el sector privado no arriesgaría inversión.

El Estado que propone la tercera vía, es el Estado social inversor en vez del Estado de bienestar que proponía la socialdemocracia antigua, en preciso aclarar que ambos Estados propuestos solamente servían y sirven de paliativos contra la agudización de contradicciones en el seno del capitalismo, pero es preciso mencionar que el Estado social inversor que propone Giddens no es más que un Estado raquítico en sus funciones en comparación con un Estado corporativo fuerte del Estado de bienestar.  Vemos una vez más que la tercera vía, no solamente es engañosa en cuanto a justicia social se refiere, sino que es ajena a su propia tradición socialdemócrata, que aunque Giddens critique al neoliberalismo, su teoría no hace más que adecuarse a él para mitigar sus males. 



3.- Conclusión.


Una vez analizado lacónicamente el sistema capitalista de producción, así como el socialismo y visto sus características fundamentales en cuanto a relaciones de producción, vimos también en qué consistía la socialdemocracia como proyecto por conciliar las diferentes contradicciones de clases que surgen en una sociedad dividida en clases sociales, en este caso el capitalismo.

Pero la socialdemocracia tiene dos etapas, según Anthony Giddens, la socialdemocracia antigua, que buscaba una fuerte presencia del Estado en el mercado, para subsanar sus males, y la socialdemocracia renovada o tercera vía, que busca zafarse de la tradición keynesiana de la socialdemocracia antigua así como del individualismo exacerbado y del fundamentalismo de mercado del neoliberalismo. En esta etapa de la socialdemocracia renovada, se puede ver que las posturas y propuestas de Anthony Giddens no son más que la adaptación de la socialdemocracia a las condiciones objetivas actuales del capital, es decir, la adaptación de un proyecto de “conciliación” de intereses de clases en la etapa superior del capitalismo.

Pero como observamos en el apartado 1.1 el capitalismo tiene una contradicción insalvable en su mismo seno, la contradicción entre: concentración y centralización de la riqueza y la socialización progresiva del trabajo; ésta contradicción irreconciliable hace imposible la efectividad del proyecto socialdemócrata o actualmente conocido como tercera vía.

En países europeos, que es de donde surge estos proyectos socialdemócratas, los partidos socialdemócratas ocupan la popularidad de la población, porque proponen seguros de desempleo, sanidad universal, educación, subvenciones en bienes y servicio, etc. Estas subvenciones y ayuda por parte del Estado a sus ciudadanos puede realizarse por su condición de países desarrollados, países imperialistas. Los países europeos al exportar sus capitales lo que hacen es garantizar una entrada constante recursos naturales así como de divisas, con lo cual el Estado puede costear toda la política socialdemócrata.

En cambio en países subdesarrollados, países neocolonizados por parte de los capitales extranjeros como es México, no puede haber una entrada constante de recursos y de divisas, sino todo lo contrario hay una salida de recursos hacia los países que invierten capital en nuestro país, con tal relación productiva-comercial, un Estado subdesarrollado no puede costear los servicios y subvenciones que ofrece la socialdemocracia, sino es rompiendo la relación de dependencia y construyendo un nuevo régimen que no busque paliar los males del capitalismo, sino abolirlos junto con el sistema económico que las crea.

Grosso modo, la tercera vía es un proyecto engañoso en cuanto no busca desterrar al neoliberalismo que critica, sino solo ayudarle para que la población más afectada no se levante contra el, esto si se puede llevar tal política, que como dijimos anteriormente, sólo los países europeos pueden hacerlo, esto por su condición de países imperialistas. En cambio en países subdesarrollados el proyecto socialdemócrata no puede ser construida a cabalidad, sino sólo sirve como un discurso y máscara política para seguir bajo el neoliberalismo con sus aristas achatadas para así no rebelarse contra él. 

Terminamos pues diciendo, que la contradicción inherente al capitalismo imperialista absolutamente tendrá como desenlace la superación de éste, por un sistema que socialice los medios de producción, la teoría del socialismo científico no es obsoleta ni irrealizable como pretende denunciarlo Giddens, sino es una teoría vigente cada día más en cuanto más se agudizan las contradicciones de clase.


[1] V. Kerov., D. Mitropolski. “Compendio de historia y economía” Ediciones de Cultura Popular. México 1980. P. 227
[2] V. Kerov., D. Mitropolski. “Compendio de historia y economía” Ediciones de Cultura Popular. México 1980. P. 363
[3] Giddens Anthony. “la tercera vía, la renovación de la socialdemocracia”. Edit. Taurus. México. 2000. P. 19
[4] María Cristina Rosas. “el neoliberalismo y la socialdemocracia” en revista: Debate legislativo. Marzo de 1999. Publicación de la  Sociedad Mexicana de Estudios Legislativos, A.C.
[5]Ibídem.   P. 38
[6] Amezcua Dromundo, Cuauhtemoc. “México en los umbrales del siglo XXI” Edit. El caballito. P. 148.